lunes, 23 de marzo de 2015

Diviértanse con las gestas que les voy a recitar!





El Mester de juglaría:
La palabra "Mester" (del latín 'ministerium') hace referencia al oficio, trabajo. Los poemas épicos que narraban las grandes hazañas de héroes y caballeros, eran transmitidos de forma oral y los encargados de ello fueron los juglares: profesionales que cantaban historias a un público muy amplio que no sabía leer ni escribir. los juglares se ganaban la vida actuando en plazas, mercados o palacios.

Al cantar la obra, el juglar seguía una melodía bastante sencilla y repetitiva, mientras se acompañaba de algún instrumento. Con los cambios de entonación podía dar emoción en los momentos más trascendentales de la historia y también solía ayudarse de gestos para subrayar lo que iba narrando.

El juglar tenía en la mente el argumento básico de la historia y la mayoría de los versos, pero debía ser capaz de improvisar en función de la reacción del público. Los juglares recitaban en lengua vulgar, nunca en latín, pues pretendían ser entendidos tanto por las clases nobles como por el pueblo iletrado.
Debido a ese carácter oral, muy pocos cantares se han conservado hasta nuestros días. Su finalidad era prácticamente lúdica, pretendían entretener a un público, algo que el hombre medieval consideraba muy importante: el entretenimiento. Ellos cantaban unos temas y sentimientos comunes a la sociedad, porque el juglar es un poeta de y para todos, que recita unos versos que deben interesar a todos (nobleza y pueblo). Dentro del amplio grupo de juglares, es necesario establecer una clasificación entre dos clases sociales o categorías: los menos valorados eran analfabetos y a penas memorizaban poemas, más bien se ganaban la vida como titiriteros; los de mayor rango en cambio, eran capaces de retener en su memoria larguísimos cantares que más tarde recitarían acompañándolos con espectáculos dramáticos.




El verso épico:
Es un verso de 16 sílabas que se divide en dos hemistiquios. La separación entre cada hemistiquio se denomina cesura. La forma estrófica exigía al juglar absoluto rigor, ya que en el poema épico riman solo las vocales en un número variable de versos. A cada serie monorrima se le llama "tirada", y ésta a su vez, puede constituir una unidad didáctica.








Destaca la escasez de recursos literarios rente a la abundancia de expresiones formularias que debían facilitar la labor del poeta. Cada verso es una unidad sintáctica. Normalmente no había encabalgamientos; el uso de los tiempos verbales es anárquico, el léxico huye de lo excesivamente vulgar para conseguir un tono acorde con el carácter heroico del cantar. Es llamativo el empleo de la "-e paragógica" (voluntade, en vez de voluntad; servire, en vez de servir), una licencia poética que facilita la asonancia.


El Cantar de Mío Cid (uno de los pocos cantares que se conserva casi completo):

http://www.hs-augsburg.de/~harsch/hispanica/Cronologia/siglo12/Cid/cid_poe1.html


Versión ochentera de los juglares y trovadores de la voz de Mecano:


En esta canción se desarrolla la variante en la que derivaron los juglares: los trovadores, más instalados en la corte palaciega y que cantaba a las doncellas en favor del "amor cortés".



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